08 marzo 2012

Yo de mayor quiero ser pequeña!

¿Hay algo que le guste más a un niño que jugar? Y jugando aprenden a relacionarse, a pensar, a hablar, a compartir, a respetar las normas y las diferencias. Todos hemos crecido jugando y guardamos en un rinconcito de nuestra memoria recuerdos entrañables de la infancia: los días de lluvia que esperábamos ansiosos para poder pisar los charcos con nuestras botas de agua, los primeros chapuzones en la piscina, los largos trayectos hasta el colegio, que podían durar 30 minutos mientras íbamos buscando tesoros por el camino, subiendo a todos los portales de las casas o contando todos y cada uno de los árboles que se cruzaban en nuestro camino...
A mi siempre me ha gustado jugar, de niña y de no tan niña...y no me cuesta nada subirme a un columpio, sentarme en el suelo a compartir charla, cubo y pala o una merienda con los más pequeños. Y si hay que organizar una fiesta de cumpleaños o participar en alguna actividad con los niños, soy la primera en apuntarme. 
Es cierto que ahora que tengo a mis dos peques estoy saboreando la infancia de una manera especial y no hay día que no aprenda algo de ellos o que juntos inventemos un juego.
Creo que implicarse en el aprendizaje de los más pequeños es tan importante para ellos como para nosotros, los padres. Y siempre enriquecedor.


En este post os quiero mostrar una actividad que preparé para realizar con mi hijo pequeño Leo de 21 meses y sus compañeros de clase en la guardería La Casa de la Muntanya. 

María, su profesora pidió a los padres que, durante este mes en el que trataban el tema de la familia con los niños, además de llevar un álbum con fotos de la familia, nos animáramos a compartir con nuestros hijos una mañana en la escuela, leyéndoles un cuento, cantándoles una canción, o haciendo la actividad que más nos apeteciera. A mi se me ocurrió preparar una actividad materiales reciclados para pasar un ratito con ellos y aprender jugando y experimentado. La actividad consistía en jugar a poner cara (ojos, nariz y boca) a unos muñequitos de cartón reciclado que preparé con el cartón de las cajas de galletas y cereales que guardo siempre para hacer actividades con los niños. 

Vestí los muñecos con recortes de revistas, fieltro y lana para el pelo y llevé dos preparados para enseñarles cómo podían decorarlos: 


Después de cantar el Bon dia con todos los niños y la mascota de la clase, el Mussol, les conté el cuento "Hola Petitó" para introducir la actividad. Todos escucharon atentamente sentados en el "rincón de los cuentos" mientras Leo me ayudaba entusiasmado a explicarlo a sus compañeros.
Después del cuento, sentados en las sillas y dispuestos a trabajar les mostré los muñecos que llevaba preparados y repartí uno para cada uno. Una vez explicado el juego, repartí las pegatinas de colores y empezaron a personalizar sus muñecos. Se lo pasaron bomba con las pegatinas, María y yo íbamos ayudando a los más pequeños a poner ojos y bocas...y uno de los momentos más divertidos fue cuando repartimos los trocitos de lana de colores por las mesas.

Aquí os dejo algunas fotos del resultado del trabajo de Nizar, Berta, Júlia, Antonio, Miguel, Sergio, Estela, Adriana, Claudia, Paula, Marc y Leo.  Ellos disfrutaron muchísimo con la actividad y pudieron llevarse a casa su muñeco. Pero la que disfrutó como una niña fui yo!
Espero que os guste!













2 comentarios:

  1. Que peques tan creativos!
    Un abrazo

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    1. ¿Has visto Júlia? La verdad es que poder hacer actividades con los peques en el aula es una gozada y una experiencia muy bonita. Se lo recomiendo a todos los padres, tíos, abuelos.,,que tengan la oportunidad de hacerlo. Un beso!

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